|26/01/21 10:15 AM

El oscuro origen de Mendoza que no se puede olvidar

Mendoza no fue poblada hasta unos 15 años después de su fundación ya que no tuvo un origen comercial. 

26 de enero, 2021 - 10:49

La génesis de Mendoza no fue por un enclave altruista que buscó la prosperidad de estas tierras atadas a la conquista española en busca del bienestar de los pueblos originarios que la habitaban: los huarpes que prácticamente desparecieron. 

Ríos de esclavitud y sangre, de padres, madres, abuelos y niños corrieron a manos de los españoles bajo las órdenes de Pedro del Castillo, quien tenía como premisa, ordenar mano de obra esclava con el fin de alinear a las tribus insurrectas con las que el colonizador del Viejo Continente se enfrentaba en Chile.

Con ese fin en noviembre de 1560, fue nombrado por el gobernador de Chile, García Hurtado de Mendoza como capitán general y teniente gobernador para poblar, fundar, repartir tierras y encomendar indios en la provincia de Cuyo. De este último es de donde toma el nombre la provincia de Mendoza en un claro acto de homenaje realizado por el conquistador del Castillo.

 

 

En cumplimiento de éstas órdenes el español organizó una expedición hacia el este, cruzando la Cordillera de los Andes, con la que partió con 38 hombres a fines de enero de 1561

En su viaje atravesaron los valles de Aconcagua y de Uspallata, y para el 22 de febrero los colonizadores llegaron al área del valle de Huentata, donde tomaron posesión legal del territorio en nombre del Rey.

El 2 de marzo de 1561, Pedro del Castillo y los demás españoles que lo acompañaban se agruparon para realizar el acto legal de fundación de la ciudad como Mendoza. Y también le dio nombre al valle en el que se encuentra la localidad, al que llamó como su tierra de origen, La Rioja.

Antes de eso ya tenía la suficiente información de quien fundó el primer viñedo en la actual Mendoza con fines de avanzar con la evangelización que era menester de a Iglesia que necesitaba del vino para celebra la misa. Pedro de Valdivia en forma indirecta había logrado que la vitis vinífera encontrara un lugar privilegiado par producir uvas de calidad como las que hoy se conocen en la provincia cuyana.

Al poco tiempo Castillo, fue destituido y enviado a LimaPerú para finalmente establecerse en Panamá y fallecer en esa ciudad el 28 de marzo de 1569.

Pero antes de eso hubo un sojuzgamiento brutal, acompañado de ejecuciones tomadas como ejemplares, separaciones de familiares, violaciones y hasta de adoctrinamiento de menores temerosos de perder sus vidas para servir al reinado español ávido de riquezas. 

Tal vez por eso el General José de San Martín presionó sin más no poder al nuevo régimen gestado luego del derrocamiento del Virreinato Del Río de la Plata. Un régimen casi olvidado, olvidable, con visos de genocidia.

 

 

Derribando mitos

En un principio “la vitivinicultura estuvo fuera de la perspectiva de Mendoza al menos hasta el siglo XIX”, introdujo en su relato sobre el origen de Mendoza el historiador mendocino Walter Burriguini.

“Es muy similar al mito de la ganadería en el Río de la Plata. El vino en el inicio de Mendoza se elaboraba pero en forma marginal, no como un proyecto económico. Ese relato de la ganadería lo construyó Mitre”, explicó.

Para Burriguini, a pesar del origen oscuro que tuvo Mendoza “la moraleja sería que finalmente se terminaría convirtiendo en una provincia próspera, en una de las más ricas de la Argentina”.

“En realidad el primer mito es el que habla de que Mendoza fue fundada para crear un enlace entre el Río de la Plata y Santiago de Chile. Eso no es verdad, porque ese territorio entre ambas localidades estaba totalmente inexplorado y en posesión de los aborígenes. Fue fundada en el momento más álgida de la Guerra de Arauco”, recordó.

 

 

En ese conflicto intervenían de un lado los araucanos, los mapuches y del otro los españoles junto a algunos aliados aborígenes: “Los españoles no pelearon solos y de hecho aprovecharon conflictos los mismos aborígenes para captar aliados. Ante las rebeldías de las masas indígenas era que no se podían armar las encomiendas y los españoles necesitaban mano de obra. Fue entonces que cruzaron para este lado y se encontraron con los huarpes”.

“Mendoza nació como un enclave esclavista, podríamos definir. Los españoles llegaban a Mendoza para captar mano de obra a partir de los huarpes a quienes se los llevaban encadenados a Chile para trabajar. Porque los aborígenes de allá eran muy rebeldes”, resumió.

Con esa explicación es que Burriguini además derribó otro mito: “Tampoco es verdad que los huarpes desaparecieron por las enfermedades. Aquí se sumó a las enfermedades naturales del momento a que se vieron forzados a irse. Por eso no hay registro del idioma o de sus costumbres como solían hacer los españoles en el proceso de evangelización. Simplemente venían, los encontraban y se los llevaban por la urgencia de mano de obra que tenían”.

 

 

En ese sentido añadió que “además el mito de que Mendoza fue fundada como un enclave comercial se cae, ya que la verdadera intención era esclavizar a los pueblos originarios y desarraigarlos. Entonces tampoco fue verdad que los españoles convivían pacíficamente con los aborígenes”.

“Por eso es que Mendoza no fue poblada hasta unos 15 años después de que fue fundada como una formalidad legal para tomar posesión. En realidad nadie puede estar orgulloso de ese origen tan triste, pero sí de que a pesar de ese nacimiento oscuro Mendoza siendo una provincia con una de las economías más fuertes de Argentina, famosa en todo el mundo por su vitivinicultura”, señaló.

Y comparó: “Por ejemplo Australia nació como un enclave carcelario remoto. Sidney empezó así y hoy es considerada como una potencia y los australianos no se avergüenzan de eso”.