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El abismo del desempleo

02 de mayo, 2018 - 18:17

Una persona que se encuentra repentinamente en situación de desempleo puede experimentar cambios en varios aspectos de su vida, desde el desamparo económico hasta repercusiones emocionales, psicológicas y sociales, a veces negativas.

Cuando tenemos la rutina de ir todos los días al trabajo, tenemos ya planificado qué hacer con el resto del tiempo. El desempleado tiene que organizar ahora, cada día, pero con escasos recursos económicos.

Si esta situación de desempleo se prolonga en el tiempo, puede invadir la desesperanza o sentimientos de culpabilidad, ansiedad, tensión, angustia y preocupación. En ocasiones puede llevar a  sufrir una depresión.


Consecuencias del desempleo en la salud

En el denominado “Síndrome del desempleo”, se pueden encontrar como síntomas: depresión, insomnio, agresividad y pérdida de la autoestima.

Si el desempleado/a es la cabeza de familia, el problema puede llegar a afectar también a su pareja e hijos.

El trabajo otorga al individuo contactos sociales y el sentimiento de pertenencia a un grupo, que en situación de desempleo produce aumento del aislamiento social.

Además, aporta al individuo la persecución de metas que dirijan sus acciones y motivan proyección laboral a largo plazo. La pérdida puede generar altos niveles de desesperanza y estrés.

 

¿Cómo combatir los sentimientos negativos que provoca el desempleo?

Tomar conciencia de las dificultades que se presentan en esta nueva situación, ver los esfuerzos que se deben realizar, para un mejor afrontamiento.
Expresar los sentimientos negativos de rabia, impotencia o miedo. Contar con apoyo social.

Realizar una planificación económica, detallando mensual o semanalmente, todos los gastos fijos que existen y  los ingresos de los que se dispone.

Desarrollar una agenda como si fuera una jornada laboral, para sentir que tenemos más control de nuestra vida. Es recomendable tener una rutina, dedicar unas horas para la búsqueda de empleo, otras para la formación, crear  hábitos saludables como deporte y relajación.

Comenzar terapia, en centros de salud pública (atención gratuita) o en forma privada. Muchos profesionales de la psicología, adaptan sus tarifas al bolsillo del paciente, que está atravesando estos momentos particulares y críticos de su vida. La terapia ayudará a  aprender a manejar los síntomas negativos: tristeza, depresión, ansiedad, para ser capaces de afrontarlos mejor.

 

Mariana Lucero

Licenciada en Psicología Matrícula 3797

Egresada de la Universidad Nacional de San Luis

Psicóloga Clínica Cognitiva Integrativa – Psicoterapia de la Obesidad

Niños, Adolescentes, Adultos- Contacto: [email protected]