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Por qué las mujeres son las víctimas de la toma talibán en Afganistán

El caso de la periodista Clarissa Ward quien debió cambiar radicalmente su vestimenta en 24 horas da cuenta de los impedimentos de las ciudadanas afganas

Por Redacción

16 de agosto, 2021 - 14:39

Este domingo los talibanes tomaron la capital de Afganistán, Kabul, lo que presagia profundos cambios sociales y políticos en la región. El escenario de incertidumbre provocó que muchos ciudadanos intentaron huir del país, incluso ‘colándose’ en aviones. Por qué las mujeres se transforman en las víctimas de este conflicto. 

Si bien los talibanes aseguraron que formarán un gobierno “inclusivo” con otras facciones y que proporcionarán un entorno “seguro” para que los ciudadanos tengan una vida “normal”, los afganos desconfían de estas promesas y temen un futuro violento.

De esta manera, los que no comulgan con la ideología talibán o trabajaron durante el conflicto para las tropas extranjeras, temen ser perseguidos o, incluso, degollados, según consignó la agencia Télam.

 

Las mujeres son las víctimas 

Las mujeres son el eslabón más débil de la cadena. Este lunes, las calles de Kabul estaban casi vacías de ciudadanas, sobre todo empleadas y estudiantes, quienes se quedaron en sus hogares por temor a los castigos.

"Espero que los talibanes permitan que las mujeres trabajen, asistan a la universidad y no les impongan el burka", indicó a la agencia Efe, una mujer de 40 años.

Si bien los talibanes aseguraron que mantendrán los derechos alcanzados por las mujeres durante los últimos 20 años, muchas de ellas no creen que esto se respete.

Este es el caso de la cineasta afgana Sahraa Karimi: "Todavía no puedo creer que esto haya sucedido (...) Por favor, recen por nosotros. Se lo vuelvo a pedir: gente de este gran mundo, por favor, no se queden callados, vienen a matarnos".

Ocurre que, entre 1996 y 2001, cuando los talibanes estaban al frente del país, la mujer tenía prohibido estudiar a partir de los 8 años porque la educación era exclusiva para los hombres.

También estaban obligadas a cubrirse completamente con un burka -prenda que cubre desde la cabeza a los pies el cuerpo, disponiendo sólo de una pequeña abertura en los ojos- y sólo podían salir de sus viviendas en compañía de un hombre.

Tampoco pueden usar maquillaje o pintarse las uñas, lo que podría implicar que les amputen los dedos.

De la misma forma, se les prohíbe practicar deportes, andar en bicicleta o en moto. No se les permite reírse en voz alta, usar zapatos de taco o hacer ruido al andar.

En caso de que incumplieran estas reglas, podían ser azotadas, lapidadas o ejecutadas en público, como ocurrió recientemente.

El video (IMÁGENES SENSIBLES) de una mujer ejecutada en la vía pública por no cumplir con estas reglas se difundió rápidamente este lunes en las redes sociales.

 

 

"Esta es la mayor guerra en contra de las mujeres en estos tiempos. Y por desgracia el mundo la está mirando en silencio", sostuvo Freshta Karim, defensora de los derechos de la niñez.

 

El caso de Clarissa Ward

La corresponsal de la CNN Clarissa Ward, quien se encuentra relatando los hechos en Afganistán, ejemplificó la brutalidad de estos cambios.

En solo 24 horas la mujer pasó de vestirse “normalmente” con ropa de color a deber cubrirse completamente con el velo islámico.

 

El radical cambio de la periodista en 24 horas.

 

Esto se debe a que las mujeres sólo deben mostrar una parte de su cara y cubrir por completo el cuello y el pelo. Siempre acompañada por hombres.