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Cuatro integrantes de la secta de Villa Crespo son buscados por Interpol

Estas personas utilizaban las sociedades y fundaciones con sede en Nueva York, Las Vegas y Chicago con la finalidad de buscar inversores para la compra de inmuebles 

Por Redacción

18 de agosto, 2022 - 10:07

Luego de que la Policía Federal desbaratara una secta criminal que operaba en el barrio porteño de Villa Crespo, pero tenía sedes extranjeras, y se dedicaba principalmente a la trata de personas, la Justicia avanza en la investigación y las pruebas demostraron que el grupo liderado por el detenido Juan Percowicz evolucionó y sentó bases en Estados Unidos, donde operaban cuatro integrantes que son intensamente buscados por la Interpol estadounidense.

De la información en la causa, que está en manos de la fiscal Alejandra Mangano de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX), los acusados habrían ejecutado una maniobra que denominaban “acciones de venta” o “beysear”: juntarse con personas para promocionar la "Escuela de Yoga", en Estados Unidos. Así se instaló el circuito económico para ingresar al mercado formal el dinero que obtenían ilegalmente. 

 

 

Para eso, invertían en la compra de inmuebles y para adquirirlos contaban con el aseroramiento de miembros que residen en los Estados Unidos: Pablo Sinigaglia, Verónica Ángela Loia Iácono, María Beatriz “Bugi” Bugari y Gabriel Armando Sorkin. Estas personas no fueron detenidos en la primera etapa, debido a que, de acuerdo a los registros migratorios, se encontrarían en EEUU.

Tres ciudades del país del norte se vieron involucradas en el lavado de dinero de la secta en Nueva York, Las Vegas y Chicago.

 

 

Cómo operaba la secta

La información suministrada por la Investigación del Departamento de Trata de Personas de la PFA, que está a cargo de Jorge Juri, explica que estas cuatro personas utilizaban fundaciones y sociedades para realizar estas actividades: Avanti Wellness, CMI Abasto y We are Candor.

Mediante filiales que estaban destinadas a la difusión de las actividades que se llevaban a cabo en la Argentina, captaban adeptos que eran enviados directamente para realizarles las “curas de sueño” en la “clínica” CMI Abasto, donde les ofrecía el 'tratamiento de ayuda' con el objetivo de aislarlos de sus familiares directos y despojarlos de su dinero.

 

 

 

El dinero ingresaría al circuito legal mediante inmobiliarias y una escribanía que tiene la organización en el país y en las distintas fundaciones creadas en los Estados Unidos, donde se generaba un flujo constante de divisas extranjeras.

Una de las escuchas telefónicas determinó que a fin de afianzar sus actividades, estaban planeando la compra de un inmueble valuado en U$S1.500.000 en los Estados Unidos.

Otro dato de peso es el “ceremonial”, que consistía en que los “alumnos de la familia BAYF” en Argentina y Estados Unidos, debían pagar una cuota mensual en dinero extranjero.

En ese contexto, los detectives establecieron que la organización manejaba dinero en efectivo de origen dudoso, que "blanqueaban" en compras inmobiliarias y autos de alta gama.

El Bureu of Diplomatic Security de la Embajada norteamericana aporta información sobre las actividades ilícitas de la organización en dicho territorio.