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COVID-19: murió la mendocina que pedían tratar con dióxido de cloro

Era madre de cinco hijos y había dado a luz hace dos meses. Permaneció internada en el hospital Italiano y su esposo luchó para que se aprobara para ella, el tratamiento con un producto que ha generado grandes controversias en la comunidad médica

Por Redacción

04 de junio, 2021 - 09:44

 

El pasado miércoles falleció la mujer por la que su marido pedía a la Justicia que le permitieran tratar con dióxido de cloro y a raíz del complejo cuadro de coronavirus que atravesaba.

Leticia Zabala contrajo COVID-19 y su estado de salud se complicó al producírsele una neumonía bilateral que la llevó a quedar en terapia intensiva en el hospital Italiano; nosocomio en el que permaneció alrededor de un mes.

La mujer tenía 43 años y era mamá de cinco hijos, Matías, Julieta, María Gracia, Faustino y la pequeña Justina a quien había dado a luz, dos meses antes de fallecer por coronavirus.

El pasado 19 de mayo, su marido Ariel Linardelli, había presentado un recurso de amparo en la Justicia para que les permitieran a los médicos que atendían a su esposa, iniciar un tratamiento con dióxido de cloro, buscando que al ser tratada con ese producto, su estado de salud mejorara.

El hombre presentó un recurso de amparo en la Justicia para que su pedido (que además lleva la firma de un consagrado medico sanrafaelino que avala el uso del dióxido de cloro para casos como el de Zabala) sea escuchado sin embargo, la respuesta no llegó y finalmente el desenlace de la esposa de Linardelli fue el peor. Quedará la duda de que sí, en caso de haber sido tratada con ese producto, su destino hubiera sido otro.

El terapia con dióxido de cloro, ha generado una fuerte polémica entre las autoridades médicas. Oficialmente está desaconsejado su uso porque puede acarrear distintos problemas a nivel gástrico.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) expresaron que no está demostrada su eficacia para combatir al coronavirus. No posee autorización para su comercialización y además lo que sí se sabe del dióxido de cloro, es que es un eficaz desinfectante para superficies con un alto poder corrosivo.

La ANMAT destaca que "no hay evidencia científica sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos”.

“Si se ingiere, puede causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”, resaltan desde el organismo oficial.