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Educación: el impacto de la pandemia en la deserción escolar

No hay datos oficiales que reflejen el impacto que tuvo la suspensión de clases presenciales en relación con la tasa de abandono de alumnos. Tampoco se sabe cuáles van a ser los criterios para resolver la repitencia 

30 de agosto, 2021 - 07:43

Mientras los sistemas educativos de la Nación y de la Provincia siguen enfrentados por la presencialidad en las aulas, se encendieron dos señales rojas que preocupan a todos: el alto nivel de deserción escolar que no se detiene y la falta de definición sobre cómo se evaluará a los alumnos al final del complejo ciclo lectivo de este año.

Tanto en las evaluaciones como en el abandono escolar no hay definiciones oficiales aún. Si bien en el caso de las deserciones las carteras educativas de la provincia y el país no han emitido diagnóstico, sí ya responden con algunos porcentajes que de todas maneras no reflejan lo profundo de un preocupante problema que hoy por hoy existe. 

El ejemplo es que la Dirección General de Escuelas (DGE) reconoció hace poco que, solo en Mendoza, hay riesgo de abandono de alrededor de 3.500 alumnos. Una cifra que no coincidiría con los datos que manejan entidades privadas que evalúan la educación nacional y provincial.

Para profundizar el tema, El Ciudadano entrevistó al psicopedagogo, director del Observatorio de la Convivencia Escolar (UCA) e integrante de la Cátedra Unesco de la Juventud, Educación y Sociedad (UCA - Brasil), Alejandro Castro Santander, quien al responder sobre el modo de tratar el tema del abandono escolar dijo que “es necesario contrastar la matrícula 2020/2021 para conocer el impacto que tuvo la pandemia y la suspensión de clases en relación con la tasa de abandono de alumnos, que históricamente se refleja en el nivel secundario. Datos oficiales que todavía no están”.

 

—¿Por qué ocurre esto si hay señales muy preocupantes?

—Es cierto, pero al planteárselo al Ministerio de Educación de la Nación respondieron que esos resultados estarían recién para septiembre del 2022. De todas maneras, ese mismo organismo oficial habló en su momento que estimaba que la deserción podría alcanzar un 10%.

 

—¿Qué implica eso en la población escolar?

—Ese porcentaje de abandono sería de aproximadamente 1 millón de educandos en una matrícula estimada, como la de nuestro país, de 11.454.000 alumnos. Al respecto, también la organización FLACSO (N de R: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) hizo un estudio sobre este delicado tema y arrojó que un 13% abandonó el sistema, lo que implicaría 1.500.000 alumnos”.

 

—¿Y en Mendoza?

—En el caso de nuestra provincia, donde la matrícula de es de alrededor de 490.000 alumnos, esa deserción se reflejaría en entre 49.000 a 50.000 educandos.

 

Chicos con menores ingresos y padres de bajo nivel escolar

—¿En qué nivel se sintió el impacto del abandono?

—El primer lugar está el nivel inicial y luego el secundario. Allí, la escuela media tiene como principales protagonistas de ese abandono a los estudiantes de menores ingresos y el menor nivel de escolaridad de los padres. 
”En este sentido, debo aclarar que ese 10% que dio el Ministerio de Educación de la Nación fue hasta mediados del año pasado, por lo que se estima que esa pérdida de educandos es mayor”, agregó.

 

—Ante esto, ¿es difícil encontrar respuestas?

—Mire, repitencia y abandono han sido siempre dos problemas importantes dentro de nuestro sistema educativo. Son dos temas complejos que necesitan complejas respuestas integrales para poder solucionarlos.

 

—¿Qué pasa específicamente con el secundario?

—En el caso de este nivel, lo que hace el formato escolar, en general, es incentivar la permanencia y provoca un desfasaje entre la cultura escolar y la juvenil. Pensemos que la tasa de abandono se encuentra entre los chicos que se inscriben en primer año y los que finalizan quinto año, que está alrededor del 50%.

 

—Es grave realmente este asunto...

—Claro, es un problema de escala nacional en donde hay provincias como Santiago del Estero que pueden llegar al 70%. Creo que sería muy importante hacer un buen seguimiento de las trayectorias escolares y para esto es necesario que se cumpla con la promesa de un Sistema Integral de Información Digital Educativa (SINIDE)”.

“Este sistema convierte los números de los que acabamos de hablar, es decir los porcentajes y cifras de alumnos, los transforma con nombre y apellido. Permitirá hacer un buen seguimiento y cuidar a esos chicos como corresponde”, remarcó el especialista.

 

Sin definición de cómo se evaluará y si habrá cierre este año

—¿Le preocupa la falta de definición sobre evaluaciones y promoción de año?

—Sí, preocupa desde el año pasado cómo van a promocionar los estudiantes. Fíjese que durante 2020 fue razonable decir que no se iba a calificar, porque se tomaría todo como una unidad pedagógica 2020/2021 para hacer un buen seguimiento de los estudiantes y recién en el 2021 se haría un cierre para ver cuáles son los alumnos que serían promovidos.

—¿Qué pasó entonces?
—Surgió que tampoco habría un cierre durante 2021 sino que esto pasaría en 2022. Todavía no hay definiciones, solo posturas a nivel general. No se deja de evaluar esto, lo sabemos, pero lamentablemente no tenemos todavía definido cuáles van a ser los criterios en general para saber qué pasará con los alumnos con esta palabra que parece no gusta pronunciar: avance o repitencia del año escolar.
 

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